el contragolpe
Antes de Simeone, en el Atleti no bastaba con el cuarto puesto
«Ya sabemos que competimos contra privilegiados que reciben ayudas de todo tipo, pero ahí radica precisamente nuestra grandeza»
El extraño deseo de Simeone de llegar a los malditos penaltis
El Cholo Simeone es el entrenador más laureado de la historia del Atleti, y el que más tiempo ha ocupado su banquillo, pero no le van a la zaga Marcel Domingo y su discípulo Luis Aragonés, que perfeccionaron el contraataque, o ... el Radomir Antic del doblete. De 1966 a 1977 (es decir, un tiempo menor al que lleva Diego Pablo dirigiendo al equipo), se ganaron cuatro Ligas, dos Copas, una Intercontinental y se jugó esa malhadada final de la Copa de Europa de 1974, en que ya se entonaba el alirón cuando en el último segundo de la prórroga igualaron los alemanes el golazo de falta de Luis. Ante el mejor Bayern Múnich de su historia. En verano de ese mismo año, la selección alemana, con la base del equipo bávaro y un juego deslumbrante, se proclamaría Campeona del Mundo.
En esos años prodigiosos, posiblemente los mejores de la historia rojiblanca, el Atleti tuvo también otros grandes entrenadores: el argentino Juan Carlos Lorenzo y el austriaco Max Merkel, que estuvo dos años: en el primero ganó la Copa, y en el segundo la Liga, pero inexplicablemente no le renovaron el contrato. ¿Qué hubiera conseguido de continuar catorce años al frente del equipo? Tampoco se puede olvidar a Pepe Villalonga, entrenador del equipazo de comienzos de los 60 que ganó, entre otros títulos, la Recopa. Ni a los prehistóricos Ricardo Zamora del Atlético Aviación y Helenio Herrera de Ben Barek. Ninguno de estos entrenadores consideraría que su objetivo era quedar entre los cuatro primeros, ni alegaría continuamente la disparidad de presupuestos como excusa para no plantarles cara a sus tradicionales rivales, Real y Barça. Ya sabemos que competimos contra privilegiados que reciben ayudas de todo tipo, pero ahí radica precisamente nuestra grandeza.
Antes del Cholo, Manzano no dio la talla. Tampoco contaba con una plantilla con medio equipo de la selección campeona del mundo y grandísimos jugadores. Previamente y gracias a un presidente que vino a servirse de y no a servir al Atleti, el equipo sufrió una intervención judicial y descendió a Segunda. Aunque tenga un vicio de origen, el hijo de Gil y Gil pretende colocar al club en la élite mundial y no se parece a su padre ni en el fondo ni en la forma.
Contra el Sevilla se rompió la mala racha. Victoria por 1 a 2, con picotazo desde los 11 metros de La Araña y golazo de Barrios. Qué manera de palmar, qué manera de ganar. ¡Que viva mi Atleti de Madrid! (en versión chirigota, que es la preferida de quien esto escribe).
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete